jueves, 26 de junio de 2014

"LA PAZ PERPETUA" PERO SIN PAZ

Referente a la violencia, esta se presenta en multitud de ocasiones:
En primer lugar, aparecen continuas peleas entre los tres perros clasificados para obtener “el collar blanco”. Algunas de estas peleas aparecen relatadas en las acotaciones:
Exhibe colmillos. Odín le enseña los suyos, esperándolo. John-John va a saltar sobre Odín cuando se abre una de las puertas.

Vemos así la competencia entre estos dos perros, así como la confrontación de caracteres.
Observamos además esa violencia a través de palabras malsonantes:
Odín: Que eres un primavera. Un panoli
John-John: Hijodelagranputa…

Y por supuesto aparecen imágenes crueles, (como la escena del tren que relatábamos anteriormente), e imágenes como:
Odín: Quiero verlo a tus pies, con el cuello partido, desangrándose.
John-John: Sí. ¡Sí!
Odín: No te precipites. Cuando esté desprevenido, te lanzas sobre él como un relámpago.
En las últimas palabras observamos también la cobardía.

Uno de los perros, Enmanuel, ha sido maltratado por un amo que tuvo, que abusaba de su poder como “humano”:
Casius: ¿Eras buen luchador?
Enmanuel: Tenías que serlo. Si cometías un error, el amo te pegaba hasta que aullabas pidiendo la muerte(…) A veces te pegaba porque sí, para endurecerte, decía él.

El perro, era enfrentado por este amo a peleas de perros, peleas clandestinas, con apuestas. Enmanuel tuvo que matar para sobrevivir:
Enmanuel: Si estoy vivo es porque maté. Aquellas peleas solo acababan en muerte. Solo valía ganar. Había chicos más fuertes, pero yo sabía esperar mi ocasión.

Y no solo acabó con la vida de algún perro, sino con la de su propio amo:
Enmanuel: Un día perdí la paciencia, me harté de recibir palizas. Dejé seco a aquel hijodeputa, pero me llevé este regalo. Me desangraba, me moría.

Aparece este ser humano como una persona despiadada, cruel con los animales, a los que consideraría como mera diversión.
Destaca también la violencia de John-John, que ante cualquier situación que lo pusiera en alerta, respondía con violencia:
Humano: Detrás de esa puerta, lo adivinaron, hay vida. Un ser humano. Él asegura no saber nada, pero sospechamos que tiene datos sobre un inminente atentado contra población civil.
John-John quiere lanzarse hacia la puerta B. Casius lo retiene.

John-John actúa sin pensar, por puro instinto.
Casius: ¿Se considera violento?
John-John: En esta vida, tienes que ser amenazante, para que no te amenacen a ti. El otro tiene que saber que lo pagará caro si se atreve.
Casius: ¿Disfruta del peligro?
John-John: No me arrugo, no busco excusas.

Finalmente, esta obra acaba de nuevo en violencia, en una muerte poco justa, pues Enmanuel se negaba a utilizar la violencia contra aquel humano que podía tener información sobre el atentado. Es en ese momento cuando se establece un diálogo en el que Enmanuel razona como un adulto y reflexiona:
Enmanuel: Usted lo ha dicho: si tocamos a ese hombre, justificaremos su tenebrosa visión del mundo. Usted lo ha dicho: ¿en qué nos distinguiremos de él, si despreciamos la ley? Si ese hombre no tiene derechos, también los suyos están en peligro.

El Ser Humano considera la tortura como un mal necesario:
Humano: Y es que, para salvar la ley, quizás excepcionalmente sea necesario suspenderla. Pero esa decisión solo debe tomarla alguien que sienta amor profundo por la ley. Alguien que nunca emplee la violencia para humillar, ni para vengarse ni para castigar.
Enmanuel no está dispuesto a utilizar la violencia, pretende dialogar con el humano y así poder obtener la información de una manera lícita. Este posicionamiento, hace que acabe perdiendo la vida:
John-John y Odín amenazan a Enmanuel, que no cede. John-John y Odín atacan a Enmanuel. Enmanuel muere.

La paz perpetua no pretende defender una postura a favor o en contra del terrorismo, sino mostrar dos puntos de vistas distintos, alejados. De esta manera, el lector puede plantearse qué haría, cómo actuaría.

LA SUPREMACÍA EN "LA PAZ PERPETUA"


La paz perpetua es el título de la obra de Juan Mayorga que comparte título con un ensayo de Inmanuel Kant escrito en 1795. La obra plantea la cuestión del terrorismo y del mal necesario. Aparecen perros humanizados (sienten y razonan) que actúan como podrían hacerlo los propios humanos; pero también aparece el humano deshumanizado, tratado como un perro, como ocurre con el hombre que aparece en la última prueba que tienen que superar los perros. Estos, descubrirán el peor lado de la humanidad.
 Mayorga afirma: “La paz perpetua habla menos del terrorismo que de los dilemas que la lucha contra el terrorismo nos plantea. Es una revisión de valores que hasta hace  poco parecían incuestionables.”

El tema del poder y la violencia tienen mucha cabida en esta trepidante obra.
 El principal cargo de poder lo desempeña Casius, un viejo labrador tuerto y cojo, que lleva un collar blanco, símbolo de su estatus. Es el que realiza las pruebas para determinar qué perro acompañará al humano ante la lucha contra el terrorismo:
Casius: Tres finalistas y solo un collar libre. (…) Los tres aspiran a ser un K7, pero solo uno puede serlo. El examen final consta de tres pruebas…



Odín, el rottweiler impuro, se caracteriza por su olfato, por su falta de ideología, y por las condiciones duras a las que se ha enfrentado al vivir en la calle. Piensa ejercer poder sobre los otros dos perros que participan en la competición, se considera superior:
Odín a John-John: Has encontrado a tu maestro. Yo te enseñaré.

Odín intenta persuadir a Enmanuel para aunar fuerzas contra John-Jonh, pero no lo consigue:
Odín: A menos que tú y yo hagamos pinza (…) Te estoy proponiendo un pacto. Lo sacamos de la pista y luego nos la jugamos entre tú y yo.
Enmanuel: Que gane el mejor. Si John-John es el mejor, debe ganar él.

Después de su intento fallido con Enmanuel, decide intentarlo con John-John:
Odín: Enmanuel. No me fío de él (…) ¿Sabes lo que me ha dicho de ti?
John-John: ¿Qué? ¿Qué te ha dicho de mí?
Odín: Que eres un primavera. Un panoli. Eso va diciendo de ti.

Además el nombre de “Odín” presenta unas connotaciones sugerentes. Odín es el nombre del dios de la mitología nórdica. Es el dios de la sabiduría, la muerte, la guerra…De ahí su carácter complejo.



Durante la obra, se menciona reiteradamente el número tres, cobrando así poder; tres son las pruebas que deben realizar los perros, tres son los años que tiene John-John, tres son las prendas que deben oler los perros para averiguar a qué terrorista corresponde… El número tres no parece ser una casualidad.



Si hablábamos del poder de Odín, también podemos aludir a cierto “poder” que tienen los otros dos perros o al menos a ciertas características distintivas que presentan cada uno, pues cada cual posee una cualidad:
Enmanuel, el pastor alemán, se caracteriza por tener un corazón sabio, por ser metódico y por defender la libertad humana con la palabra. Le marcó mucho la muerte de su última ama, Isabel, la cual murió en una explosión. Enmanuel se siente en deuda con ella, pues no puedo prever aquel peligro y salvarla:
Enmanuel: Una mañana, cuando íbamos a la universidad…No sé cómo no reconocí el peligro… Hubo una explosión y…No me separé de ella hasta que llegó su padre.

John-John es el tercer y último perro. Es un cruce de varias razas, fruto de un experimento científico para obtener al “perro perfecto”. El poder que lo diferencia de los demás es que está entrenado, al igual que sus padres, aunque en realidad le falta experiencia, pues solo ha trabajado mediante simulación:
John-John: “R” de “Resistencia”. Una simulación. Te dan una palabra secreta y un día, sin previo aviso, caes prisionero del enemigo.

También cabe destacar por encima de todo el poder que ejerce el terrorismo. Este coacciona a sociedades o gobiernos y utiliza la violencia como poder de actuación.

Bibliografía:
MAYORGA, Juan: La paz perpetua(2008 ) KRK EDICIONES, 2009, Oviedo.
http://cdn.mcu.es/wp-content/uploads/2012/08/40-LA-PAZ-PERPETUA-07-08.pdf

DUREZA EN EXCESO

Si antes hablábamos de la autoridad (uno de los elementos fundamentales de la obra), ahora nos centraremos en la violencia desempeñada en ella, siendo este el elemento clave en la historia.

La violencia está presente en toda la obra. En primer lugar, observamos la violencia que tiene lugar entre los niños, aunque esta es una violencia más inocente. Al estar tanto tiempo juntos, se han hecho como hermanos y como tal, se pelean constantemente, tanto verbal:
Lázaro: ¡Madre mía!
Marqués: ¡La mató el Tuso!
Cuca: ¡ El tuso no ha matao a nadie!
Marqués: ¡Calla, meón!
Como físicamente:
Lázaro se abalanza sobre Marqués. Pelean. Lázaro tiene las de ganar, ya que es, a todas luces, más fuerte.
Lázaro: ¡Retíralo!
MarquésNo quiero!
Lázaro: ¡Qué lo retires!
Marqués: ¡No me da la gana!
Lázaro: ¡Retíralo o te parto el brazo!
Lázaro suelta al Marqués.




En cuanto a la monja, diremos que esta ejerce una violencia aún mayor, maltrata a los niños física y psicológicamente:
Sor: Qué malísimos que sois (…) ¡Salvajes! Que estáis sin civilizar.
¡Desgraciados! ¡Cómo se nota la sangre que lleváis!
¡Hijos del demonio! Esperad, esperad a que os encuentre
 y ya veréis lo que es bueno.

Aquí, se describe una situación violenta por parte de la monja. Emplea los peores insultos para dirigirse a los niños, que, por el miedo, se encuentran escondidos. Tienen miedo porque saben que si esta los encuentra, les dará una paliza. 
Descubrimos algunos de los abusos de esta por boca de Tuso:
Tuso: Vi que empujaba al crío por la ventana y que se liaba a palos con vosotros con esa saña

Además, la monja llega incluso a cambiar el nombre de alguno de los niños, para que  pierdan totalmente su identidad y nadie pueda encontrarlos. Ejerce una posesión absoluta sobre ellos, que como era de esperar, acaba en tragedia.


Toda esta violencia, se encuentra dentro de un caos y de una represión impuesta por el gobierno de Franco, un gobierno caracterizado por provocar el terror, coartar las libertades e ir contra todos aquellos que no estuvieran de acuerdo al régimen.
Así, durante la obra se describen escenas tan duras como una de las relatadas por Cucachica, el niño más pequeño y con más miedo que ninguno de los otros:
Cuca: Vagones de dos pisos, llenos de paja con caca de cerdo. Llenos de plasta de vaca (…) Hacía mucho frío. Olalla se murió y olía muy mal. Luego se murió Antón, entonces, olía peor (…) Para subir al piso de arriba había que pisotear a los de abajo, porque no teníamos escalera ni nada de nada. Ni siquiera decían nada cuando los de arriba hacíamos pis y les caían los meaos encima desde las grietas de las tablas.

En conclusión, podemos decir que la obra acaba con el conocimiento de los niños de que están muertos, y por lo tanto, ya no tienen que tener miedo a nada. Quizás aparece aquí la muerte como liberación de estos niños.

Bibliografía:
RIPOLL, Laila: Los niños perdidos(2005)  KRK EDICIONES, 2010, Oviedo


"LOS NIÑOS PERDIDOS" ¿QUIÉN EJERCE EL DOMINIO?

En Los niños perdidos, Laila Riipoll denuncia la violencia de los niños tras el final de la Guerra Civil y la posguerra. 
En la obra, se cuenta la historia de cuatro niños huérfanos escondidos en el desván de un orfanato. Se escondían de una monja ciega, Sor, que los insultaba y humillaba continuamente.


El poder en la obra está representado en primer lugar, por el Gobierno Franquista. Pues el poder se concentraba en una sola persona: el Caudillo. Su poder no tenía limitación. 
Tras la victoria del Régimen Franquista, apenas hubo oposición, ya que la gente o estaba en la cárcel o no se manifestaba públicamente.

Otra persona que se caracteriza por su poder, es la monja Sor, pues esta, abusaba de su poder con los niños, que se encontraban perdidos y desamparados. Los trataba mal y también les hablaba mal de sus padres. Todos los niños le temían.
Privaba a los niños de la libertad. Estos estaban encerrados en el desván (espacio simbólico), que solo tenía dos aperturas al exterior; una ventana y una puerta cerrada. En las acotaciones de la obra encontramos la descripción del desván:
El desván de un orfanato. Una ventana abuhardillada y una puerta. Un armario de luna de tres cuerpos, desvencijado, lleno de polvo y telarañas. Somieres oxidados, un sillón de dentista roto…



También destacaremos el poder que tiene el personaje de Tuso, pues a pesar de poseer un retraso mental a sus casi cincuenta años, es el que tiene más poder sobre los niños, porque es el único que realmente sabe la verdad, el único que sabe que todos los demás niños solo están en su recuerdo y que ya murieron:

Tuso: Al final conseguí que subiera sor Irene y cuando os vio tiesos y llenos de sangre casi se vuelve loca…
Cuca: No me entero. ¿Y yo dónde estaba?
Tuso: Tú no lo sé. Ya llegaste muerto al hospital.
 Además es el único que sabe que la monja está muerta, y que la mató él, y esto, le otorga un cierto poder:
Tuso: ¡Y yo no quería! ¡Pero cuando vi que empujaba al crío por la ventana (...) Así que até una cuerda de lado a lado de la escalera! ¡Y esperé a que bajara y cuando llegó a mi altura… la empujé!ç

Y no solo eso le hace tener mayor poder, sino lo fundamental que era Tuso para los niños. Por ejemplo, para Cucachica, Tuso era su protector y el que le daba consuelo.
Era también el único capaz de imitar perfectamente a Sor:
Lázaro: Venga, no seas cabezotota y ponte el hábito.
Cuca: Sí, además lo haces felomenal
Tuso: Que se lo ponga el Marqués que nunca hace nada


En cierto modo, también aparece el poder económico, representado por uno de los niños del orfanato: el Marqués. Es un niño adinerado que hace continuas referencias a su estatus social,  alardeando de ello y, de alguna forma, sintiéndose superior respecto a los demás niños. Pero como vemos, ni el dinero ni ninguna otra cosa, es capaz de librar a alguien de sufrir ni de la muerte.


Enlace a imágenes:




Bibliografía:
RIPOLL, Laila: Los niños perdidos(2005)  KRK EDICIONES, 2010, Oviedo.