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El fragmento en el cuál se produce el monólogo de Don Álvaro, se encuadra dentro de la jornada tercera de la obra. La escena tiene lugar en Italia. Vemos que las escenas que ocupan esta jornada, se desarrollan en diferentes lugares, como puede ser dicho monólogo de Don Álvaro, donde aparece una selva muy oscura, que adquiere connotaciones negativas, sombrías. Y es que podemos ver cómo la naturaleza, se adapta a los estados de ánimo del personaje, que se encuentra sumido en la tristeza. Incluso el paisaje puede llegar a adelantar los sucesos que se acontecerán más tarde.
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Se elije el monólogo
quizás porque es el mejor medio para expresar las luchas internas de los
personajes. En el comienzo de este, vemos como Don Álvaro se queja de estar
vivo, puesto que para él estarlo, ya es una carga:
¡Qué
carga tan insufrible
es
el ambiente vital,
para
el mezquino mortal
que
nace en signo terrible!
¡Qué
eternidad tan horrible
la
breve vida!
Además, hace una
reflexión acerca de la brevedad de la vida cuando uno es feliz y se siente
pleno, y de la longitud de la misma cuando se es un infeliz y se desea morir. Y
es que, tiene en parte razón el personaje, pues cuando uno se siente pleno y
goza de alegría, los días pasan más rápidos porque los disfrutamos, mientras
que el que vive con penas y amargura, vive constantemente obsesionado con la
muerte, pensando en que la vida acabe, y lo que hace esta es alargarse más (aparece así la angustia
romántica):
Al
que tranquilo, gozoso
vive
entre aplausos y honores,
y
de inocentes amores
apura
el cáliz sabroso;
cuando
es más fuerte y brioso,
la
muerte sus dichas huella,
sus
venturas atropella;
y
yo que infelice soy,
yo
que buscándola voy,
no
pudo encontrar con ella
Por supuesto, su
infelicidad está relacionada con la pérdida de su amada Leonor. El protagonista
ya no se siente capaz de vivir sin su amor, cree que ha muerto y quiere
que se lo lleve junto a ella, vemos así el amor fatídico, propio del
Romanticismo:
Socórreme,
mi Leonor
gala
del suelo andaluz,
que
ya eres ángel de luz,
junto
al trono del Señor.
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Durante el monólogo,
nuestro personaje recuerda un día en el cuál fue feliz, aunque esa felicidad
acabó en un abrir y cerrar de ojos:
Entonces
risueño un día,
uno
solo, nada más,
me
dio el destino; quizás
con
la intención más impía.
Fue ese día en el que
ocurre la muerte accidental del padre de Leonor, Marqués de Calatrava. Cuando
todo estaba dispuesto para que los amantes marcharan, tiene lugar el más
trágico suceso. Es importante mencionar que se produce de noche, de nuevo
relacionamos el paisaje y ambiente con los sucesos que luego se desencadenan.
No podemos olvidar un
elemento clave en la obra, como lo es el destino, pues Don Álvaro está marcado
por él durante toda su vida. Es ese destino el que lo protege de la muerte
cuando quiere morir, condenándolo a vivir sin su amada.
El protagonista se
siente frustrado, pues todo lo que le ocurre va en contra de su voluntad y es
fruto de la “casualidad”.
Su soliloquio acaba de
nuevo con el deseo de morir, para él ya nada importa, su único objetivo era ser
feliz junto a Leonor, y no puede cumplirlo.
Bibliografía:
www.colegiosanjose.es/.../Don%20Álvaro%20o%20la%20fuerza.doc
DE SAAVEDRA, Ángell: Don Álvaro o la fuerza del sino(1835) CÁTEDRA, Edición de Alberto Sánchez, 1980, Madrid.
DE SAAVEDRA, Ángell: Don Álvaro o la fuerza del sino(1835) CÁTEDRA, Edición de Alberto Sánchez, 1980, Madrid.
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